Prepararse para el nacimiento
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Prepararse para el nacimiento

Reconocer el embarazo, parto y lactancia como condiciones naturales de la mujer y el bebé, nos permite experimentarlas con mayor espontaneidad.

Saber que son procesos fisiológicos, y que el cuerpo sabe qué hacer, debería tranquilizarnos y habilitarnos a confiar en nuestros instintos.

La realidad nos muestra día a día que existen múltiples factores que colaboran o no con los deseos y anhelos de la mujer y su familia. La actitud del personal de salud, así como los protocolos de cada maternidad, son elementos que pueden facilitar y habilitar esta expresión, o por el contrario, pueden ser fuertes obstáculos en lograr una buena experiencia de nacimiento.

Sin embargo, en base a la experiencia y bibliografía consultada, se proponen a modo de guía, 10 estrategias para que la mamá y su familia se preparen para el día del parto, y de esta forma, se pueda acercar al parto que la mamá sueña con tener.

1. Realizar todos los controles médicos. Para tener un parto saludable, es necesario que la mamá y el bebé estén en buenas condiciones. Es importante cuidar la presión arterial, y el aumento de peso, entre otras cosas. La partera o el ginecólogo realizarán estudios de rutina que asegurarán el estado de salud. Estos espacios se pueden aprovechar para ir conversando con el profesional acerca de las distintas posibilidades en el momento del parto. Es una buena oportunidad para asesorarse sobre las intervenciones de rutina que podrían evitarse, como ser el enema, rasurado, episiotomía, entre otras. La mamá debe sentirse cómoda en la consulta. Ella es libre de probar distintos profesionales, hasta encontrar aquel que le inspire confianza y escuche sus deseos.

2. Durante el embarazo, realizar ejercicio físico diario. La bibliografía recomienda 30 minutos al día de ejercicio. Puede ser caminar unas cuadras extra cada día, o buscar la forma de no quedarse pasiva. Esto es importante en varios aspectos. El trabajo de parto es similar a correr una maratón, el cuerpo va a ser exigido al máximo. Ningún deportista se presenta a una maratón sin entrenamiento previo y planificado. Lo mismo sucede con el trabajo de parto, la mujer necesita ir preparando su cuerpo para enfrentarse a esta “maratón”. Si los músculos del periné están flexibles, si las piernas están fortalecidas, entonces la experiencia del parto se verá facilitada. En Montevideo, como en el resto del país, existen centros que se especializan en actividades físicas para embarazada, como ser gimnasia, yoga, pilates, entre otras. Es recomendable que los docentes estén capacitados para el trabajo con embarazadas. (Sin dudas, recomiendo el centro Maternarse en Montevideo)

3. Participar de clases Prenatales. Enfrentarnos a situaciones desconocidas pueden generar ansiedad y miedo, es por esto que resulta fundamental participar de talleres de preparto. Estas instancias permitirán que la mamá y su referente afectivo conozcan lo que va a suceder en el momento del parto y posparto inmediato, desarrollando confianza en su capacidad innata de parir y amamantar. Al momento de elegir el lugar donde se realizarán los talleres, es bueno considerar que los mismos sean dictados por un equipo interdisciplinario. El tener una visión de diferentes profesionales enriquecen el contenido. Asimismo, los talleres diseñados para que la mamá comience desde etapas tempranas del embarazo, tienen muy buenos resultados. Estás propuestas hacen hincapié en el apoyo que ofrece el grupo, donde la mamá y su familia pueden ir haciendo un proceso paulatino, informado y acompañado por un grupo que está en la misma situación.

4. Realizar un Plan de parto. Este es un ejercicio muy útil, en donde la mujer planifica aquellas personas y cosas que quiere que estén en su trabajo de parto. Por ejemplo, si desea tener música, qué tipo de música sería. Si desea tener pelota de parto, planificar el tenerla y poder llevarla al centro de salud. También lo que refiere a las posiciones en las que se imagina desea parir, por ejemplo, si quiere parir en cuclillas, en silla de parto, etc. Es difícil generar estos elementos en el trabajo de parto mismo, si no hay una planificación previa. Por esto es importante realizar el ejercicio por escrito, y dedicarle todo el tiempo que sea necesario. Existen muchos recursos en la web que explican cómo hacerlo. En varios países, el plan de parto escrito forma parte del protocolo de ingreso de la mamá al centro de salud, y es respetado por el personal. En algunas ciudades, el no respetar el plan de parto conlleva sanciones legales para el personal que lo atiende.

5. Escoger el centro de salud. Actualmente en nuestro país aproximadamente el 99% de los partos se producen en los hospitales o mutualistas. Sin embargo, la mujer puede elegir parir en su propia casa, con una partera calificada. Asimismo, planificando con cierto tiempo, es posible cambiarse a algún centro de salud que presente las características que la familia desea. (AtuServicio nos ayuda a comparar los distintos prestadores). Por la forma como funciona nuestro sistema de salud, es conveniente que la mujer indague las distintas posibilidades de los centros de salud previo al embarazo, y en los momentos en los que puede cambiarse de mutualista. Este elemento puede ser difícil de tener en cuenta con tanto tiempo de anticipación, pero resulta de vital importancia.

6. Dejar que el trabajo de parto comience por sí solo. La ciencia aún no ha podido explicar con exactitud qué ocasiona el inicio del trabajo de parto. Lo que se conoce es que, por alguna razón, se desencadena una cascada hormonal que irá transformando el cuerpo de la mujer para permitir el nacimiento. Intentar comenzar un proceso natural, de una forma artificial, siempre va a tener alguna consecuencia en el proceso del trabajo de parto. Para evitar complicaciones, y para que la mujer puede transitar por este proceso de la forma más natural posible, es recomendable esperar con paciencia el momento que el cuerpo decida que es el correcto. Algunas investigaciones expresan que solo el 10% de las mujeres tienen a sus bebés el día en el que se cumplen las 40 semanas o antes. La mayoría de los partos se desencadenan en la semana 40 y 41. Existen razones médicas por las que se indica una inducción. Sin embargo, en los últimos años ha incrementado el porcentaje de mamás que solicitan voluntariamente este procedimiento, exponiéndose a complicaciones innecesarias.

7. Quedarse en la casa el mayor tiempo posible. Una vez que comienza el trabajo de parto, es recomendable quedarse en la comodidad y tranquilidad de la casa. La bibliografía indica que el momento para acercarse al centro de salud es cuando se presentan 3 contracciones en 10 minutos, durante 1 hora. A veces las mamás tenemos la idea de que tenemos que ir cuanto antes al hospital, para estar “seguras”, con miedo de que el bebé nazca tan rápido que no nos dé el tiempo de llegar. No faltan las historias de un primo lejano o vecino que nació en algún taxi. Sin embargo, estos casos son extremadamente raros, y difícilmente se den en mamás primerizas. El primer tramo del trabajo de parto es el más largo, y es mejor que la mamá se sienta cómoda y segura. Pueda usar el tiempo para cocinar, descansar o darse un baño relajante, guardando fuerzas para las siguientes etapas del parto. Una vez que la mujer ingresa al centro asistencial se aplican protocolos, en donde la mujer no va a tener la misma libertad comodidad que en su hogar.

8. Cambiar de posiciones durante el parto. Durante el trabajo de parto, el bebé irá adaptándose para pasar por el canal de parto. Este proceso se le puede facilitar si la mamá se mueve, camina, cambia de posiciones, usa la pelota de parto, entre otras varias opciones. Si la mamá se queda siempre en la misma posición, o muchas horas acostada, será más difícil para el bebé descender. Una de las contra que tiene la anestesia epidural, es que la mamá va a quedar acostada, y no se va a poder mover demasiado. La epidural tiene un gran efecto relajante y calmante en la mamá, pero puede dificultar el descenso en el bebé. Otro elemento importante es intentar evitar intervenciones que no sean necesarias. El médico es quien determinará cuando se debe realizar alguna intervención, pero hay veces que éstas se pueden evitar con acciones previas de la mujer. Por ejemplo, si la mamá realiza ejercicio y trabaja su periné durante el embarazo, es posible que el médico no deba realizar una episiotomía para evitar el desgarro. Otro ejemplo, si la mamá puja en una posición vertical, es posible que no sea necesario usar ningún tipo de ayuda para el nacimiento, ya que la gravedad y la posición del cuerpo colaboran en el proceso de expulsión.

9. La mamá debe estar acompañada permanentemente. En nuestro país existe una ley que ampara a la mujer en este aspecto (Ley Nº 17.386). Ella tiene derecho a elegir un acompañante que esté con ella durante todo el proceso, incluyendo el parto vaginal o la cesárea. La presencia de una persona de confianza, que sea un referente afectivo e inspire seguridad y tranquilidad tiene grandes efectos emocionales en la mamá, y según indican las investigaciones, reduce el tiempo de trabajo de parto, y aumenta los índices de satisfacción del mismo. Además de la pareja, o un familiar, la mamá puede escoger la presencia de una Doula, quien está formada para brindar apoyo físico y emocional de forma ininterrumpida durante el trabajo de parto.

10. Contacto inmediato mamá y bebé, piel con piel. En seguida que nace el bebé, se lo puede colocar sobre el cuerpo de la madre para realizar los controles de rutina, e inmediatamente propiciar el espacio para generar un contacto piel con piel. Esto fomentará el apego entre ambos, propiciando un momento de reconocimiento y encuentro. Es fundamental para un buen comienzo de la lactancia esta primera media hora, en donde el bebé permanecerá en un estado de “alerta tranquila”, e instintivamente se guiará al pezón de la madre, comenzando la lactancia.

El nacimiento de nuestro hijo será un momento increíble que quedará grabado en nuestra memoria racional, pero también en nuestra memoria corporal y emocional. Serán sensaciones, percepciones y emociones que nos marcarán y transformarán como mujeres.

Vivir esta experiencia desde un lugar de protagonismo, en donde la mujer es quien decide y controla su entorno, será crucial para que el recuerdo nos empodere. . Implica ponerse en contacto con nuestro cuerpo y elegir cómo deseamos transitarlo. Tomar decisiones conscientes y responsables, con información, nos permite vivir el nacimiento desde el protagonismo y el verdadero disfrute.

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